CRITERIOS PARA
PUBLICACIONES
DIRECTORIO NÚMEROS ANTERIORES CINTILLO LEGAL CONSEJO EDITORIAL CONTACTO
  La magia de la fabulación. Su estudio en un medio globalizado y tecnológico
 

Blanca Estela Ruiz

         

Departamento de Estudios Literarios
Universidad de Guadalajara
blanca.ruiz@csh.udg.mx

                 
 

RESUMEN
El presente trabajo es una modesta reflexión sobre la importancia de los estudios literarios en la vertiginosa carrera del desarrollo tecnológico, donde los medios electrónicos se abren paso en una sociedad cada vez más tecnificada y visual
.

PALABRAS CLAVE: Estudio-Literatura-Textos electrónicos-Textos impresos.

ABSTRACT
This paper is a modest reflection on the importance of literary studies in the heady rush of technological development, where electronic media creates an increasingly technical and visual society.

KEY WORDS: Study-Literature-Electronic texts-Printed text.

Regresar al índice
 
Versión PDF

Para los estudiantes de la Licenciatura en Letras y de la Maestría en Literaturas Comparadas de la Universidad de Guadalajara, en cuyos talleres de análisis textual, surgieron estas reflexiones.

Una globalizada cultura de conveniencia es la pauta que marca hoy en día el quehacer del hombre que tiende a satisfacer con el mínimo esfuerzo todas sus necesidades. El acceso a la comunicación y al conocimiento no ha sido la excepción, y en esta vertiginosa carrera del desarrollo tecnológico, los medios electrónicos parecen abrirse paso a codazo limpio y sin el menor escrúpulo en una sociedad cada vez más tecnificada y visual. Los textos ilustrados, amenos y breves suelen ser los atributos que busca la mayoría de los lectores. Por si esto no fuera suficiente, una propensión igualmente globalizadora que mira por encima del hombro el estudio y la enseñanza de las ciencias sociales y humanas, enfoca todo su potencial y recursos al financiamiento de proyectos de las llamadas ciencias duras, como se conoce a ese conjunto de conocimientos de las ciencias naturales y físicas.

_____ En estas circunstancias una se pregunta: ¿vale la pena leer y estudiar literatura? e incluso, cuando muchos programas académicos promueven la obtención del grado por promedio, en lugar de invitar a sus potenciales egresados a vivir la experiencia de la investigación, a escribir una tesis y sustentar sus conclusiones en un acto público, una vuelve a cuestionarse: ¿vale la pena hacer una investigación literaria? Por suerte todavía hay muchos colegas que contra viento y marea, y a veces con sus propios recursos, hacen de la enseñanza y de la investigación un apostolado. Y esto es altamente inspirador.

_____ Hace cincuenta años los trabajos de Herbet Marshall MacLuhan, profesor de literatura inglesa y teórico de las ciencias de la información, revolucionaron el conocimiento de las comunicaciones. Las nuevas tecnologías empezaban a jugar un papel determinante en las actividades sociales, culturales y económicas de los individuos, pues la creación, distribución y manipulación de datos cada vez se hacía de un modo extraordinariamente fácil y expedito. La aportación del científico canadiense, sobre los términos galaxia Gutemberg o aldea global, describía de una manera holista las interconexiones humanas a gran escala y vaticinaba entonces el fin del libro y el inicio del texto digital. Treinta años después, Mario Vargas Llosa en el epílogo “La literatura y la vida” (firmado en abril de 2001 e incluido en 2002 en la reedición  corregida y aumentada de su ensayo La verdad de las mentiras, 1989)afirmaba que “la suerte de la literatura, está ligada, en matrimonio indisoluble a la del libro”, y “aunque con mucho gusto navego por Internet en busca de las noticias del mundo”, decía el escritor peruano, “no se me ocurriría recurrir a él para leer los poemas de Góngora, una novela de Onetti o un ensayo de Octavio Paz” (2003: 437 y 439).

_____ En efecto, hay algo de romántico en el interior de los lectores que se niega a privarse del placer que provoca la magia sensorial del libro: su textura, su olor y el sonido que produce el paso de las hojas leídas. Existe también un particular encanto en recorrer los pasillos y anaqueles de bibliotecas y librerías mientras se acarician lomos y cubiertas; hasta cierto fetichismo en poseer un volumen con la rúbrica de su autor inaugurando la primera página (hasta hoy, es extraño pedirle a un autor que escriba una dedicatoria y estampe su firma en una USB).

_____ Sin embargo, también habrá otros lectores que prefieran las ventajas que ofrece la tecnología para conseguir en formato electrónico textos que no circulan por las librerías o que han dejado de editarse, que se encuentran en bibliotecas lejanas o que son muy caros.

_____ La masificación de las nuevas tecnologías, particularmente de la red internacional de computadoras coloquialmente conocida como “Internet” (por sus siglas en inglés: International Network of Computers), ha cambiado radicalmente las prácticas sociales, los usos y costumbres del estudio, de la enseñanza y de la escritura misma. Investigadores, profesores y autores se ven obligados a actualizarse y entrar en contacto con las herramientas tecnológicas vigentes para enterarse rápidamente de lo que ocurre en el mundo, mantenerse en contacto con sus congéneres y seguirle el trote a los adelantos científicos y tecnológicos para no quedarse rezagados.

_____ Las redes sociales, los foros y esas bases de datos en línea, simples y funcionales llamados “wikis” (del hawaiano wiki: rápido) cumplen una función muy importante en la comunicación ágil y pronta entre los individuos. Páginas como YouTube, Facebook y Twitter son pruebas de ello. Una visita por los buscadores de la red saciará la curiosidad primaria de un estudiante de literatura o de cualquier otra área del conocimiento sobre un tema en particular. Sitios como el de la enciclopedia colectiva Wikipedia proporcionan una idea global sobre un asunto de interés, algunos datos iniciales y tal vez alguna bibliografía sucinta que detone el comienzo de un estudio; pero luego habrá que profundizar en el tema si se quiere llevar a cabo una investigación puntual y veraz, porque como “muchas manos” colaboran con la información que ahí se expone, habrá que cotejarla y constatarla. Existen además bases de datos de prestigiosas universidades que pueden ser consultadas electrónicamente y que contribuyen de manera importante a la difusión y la investigación. Revistas y periódicos también ofrecen a sus lectores versiones electrónicas de sus contenidos. Hay, incluso, sitios denominados “blogues” en donde se publican artículos breves que invitan a la reflexión, a expresar ideas y opiniones sobre temas de interés colectivo casi siempre acompañados de imagen y sonido para ilustrarlos. Se habla aun de una “Bliteratura” que pretende hacer del “blog” un género literario.

_____ Uno de los escritores que más han explotado las posibilidades de la literatura producida desde Internet es el mexicano Alberto Chimal (1970) cuyo sitio propio, Las Historias, es una interesante bitácora de diversos asuntos de interés literario. Con el título de 83 novelas, y bajo el auspicio del Instituto Nacional de Bellas Artes de México, Chimal publicó en 2011, en formato digital para su “descarga” gratuita por internet, un libro de microrrelatos creados originalmente desde las redes sociales. A unas pocas horas de su disponibilidad en línea, ya se habían registrado más de 1000 descargas del pdf, número que en una versión impresa se considera agotada, según dio cuenta de ello un artículo difundido entonces por la red (Juárez, 2011: s/p).

_____ Hasta cierto punto, el blog satisface algunas necesidades de aquellos amantes de las letras que antaño se reunían en torno a revistas o a grupos literarios. Y una infinidad de “links” como “puestas en abismo” y “vasos comunicantes”, conduce al ojo ávido y perspicaz hacia un sinfín de posibilidades de cruces y conexiones.

_____ Evidentemente, impresos o digitales, son los textos los que interesan, pues tanto el libro, como la computadora o la tableta son sólo objetos. Más bien habrá que ver en los medios electrónicos y digitales un enorme y poderoso potencial al servicio de la actividad humana, como una herramienta que, como bien señaló MacLuhan en su Understanding Media: The Extendions of Man, “extiende las habilidades humanas”. En este estudio publicado en 1964, el profesor canadiense expuso que así como el pedal es una extensión del pie o una manivela, de la mano; así también la computadora o cualquier otro medio electrónico procesador de datos, no son sino una extensión del sistema nervioso central del hombre. Apenas canales y caminos por donde deambular y donde el ser humano puede apoyarse para expresar lo que quiere, lo que siente y lo que piensa.

_____ Marshall McLuhan estableció dos categorías de medios que llamó “fríos” o “cálidos” según la cantidad de datos que proporcionan y el grado de participación que exigen de sus receptores. Los “medios cálidos” aportan a su audiencia tal cantidad de información que no se tiene mayor problema para recibirla; mientas que los “medios fríos” suministran tan poca, que obligan a participar activamente para completarla. Un “medio cálido” por antonomasia sería la televisión, que al otorgar al espectador múltiples mensajes a través de sonidos e imágenes éste asume una actitud totalmente pasiva; mientras que la radio, un “medio frío”, al ofrecer nada más sonido, el escucha se ve obligado a recurrir a su imaginación para completar la información recibida. Los libros, impresos o digitales, serían entonces “medios fríos” mientras que las versiones cinematográficas de sus historias, “medios cálidos”, por ejemplo.

_____ ¿La biblioteca o la Internet?, ¿la Librería Gandhi o Amazon.com, Inc?, ¿el libro o el pdf? Las opiniones se dividen y en gustos se rompen géneros; pero no hay porqué rasgarse las vestiduras ni pararse de pestañas y mirar en la tecnología o en los medios electrónicos a un enemigo al acecho, sino una herramienta más al servicio del lector, del escritor y del estudioso.

_____ El papel ha transcendido milenios, lo mismo que la tinta. El nacimiento del software tiene apenas unas pocas décadas. Habrá que esperar para ver si esa escritura binaria que ahí se produce resiste el paso del tiempo; y quién sabe, tal vez surja en el futuro un nuevo medio para la producción y la lectura de textos. Pero una cosa sí es segura: impresa o digital, la literatura seguirá “vivita y coleando” y el interés por estudiarla, también.

_____ Ahora bien, el paso de un lector ávido, coleccionista de historias, a un lector crítico es el estudio del texto. La certeza de que detrás de cada uno de los relatos se esconde algo más que una anécdota; que detrás de “eso” de lo que “trata el texto”, hay una selección cuidadosa y peculiar de los signos perceptible al ojo entrenado que aún en la reiteración de los mismos temas, percibe una manera diferente de narrarlos, de una época a otra, de una región a otra, de una lengua a otra e incluso, de un autor a otro; que el texto literario es elocuente en lo que calla y que entre lo expresa y lo que omite, hay guiños seductores que invitan y seducen a investigarlo, a analizarlo, a entablar un diálogo con él. Dejarse llevar por su estudio es abandonarse a un ejercicio de entretenimiento (en el sentido etimológico del término: tenerse, estar juntos al mismo tiempo, encontrar un espacio común para estar el uno con el otro que es la condición del diálogo). No sólo el estudioso cuestiona e interpela la obra, a su manera, ella también lo hace. La investigación supone una serie de preguntas y respuestas recíprocas; se trata de un trabajo de diálogo, de escucha, de disciplina que va afinándose con la práctica de la lectura y la reflexión en la que se invierte mucho tiempo. Hay que aprender a oír y a elegir las preguntas pertinentes, requisito indispensable en la iniciación del diálogo, y trazar el camino que habrá de seguirse en ese “estar juntos”. No se escribe sobre alguien, se escribe con alguien y la relación que se establece es entre dos sujetos porque el texto es un “sujeto” que tiene su espacio propio como obra de arte.

_____ Hasta finales de los años sesenta, la teoría literaria era una especialización poco común de la que se encargaban contados individuos, casi siempre filósofos disfrazados de críticos literarios. La crítica de entonces daba por sentado que la gran literatura era universal y expresaba profundas verdades de la vida humana y que por lo tanto, el lector no necesitaba de algún conocimiento previo ni de un lenguaje especializado: se trataba de explicar la experiencia personal del autor, su “genio imaginativo”, el trasfondo histórico y social de la obra y la belleza retórica del lenguaje.

_____ Poco a poco el estudio de la literatura se fue despojando de estas concepciones empíricas para encaminar el análisis de sus textos hacia el terreno de la reflexión y así poder desmenuzarlos con la intención de describirlos, entenderlos, explicarlos y comentarlos mejor. Sin embargo, esa lectura de toga y birrete que demandan los estudios y las investigaciones literarias no deben, como aquellos padres celosos que encierran en las torres a sus princesas para alejarlas del amor de los caballeros andantes, hacer olvidar aquella primera lectura que se inicia por el puro placer de leer.

_____ Así como el médico examina el funcionamiento del cuerpo o el jurista las normas que rigen la conducta de los hombres, así mismo el estudioso de la literatura identifica, en la confección del tejido literario, los códigos que lo construyen, sus sentidos y sus estructuras; las relaciones que guardan entre sí, y entre los discursos de otras ciencias, de otras disciplinas y de otras artes; el contexto en el que se produce; el pacto que propone a sus lectores…

_____ Cada ciencia ha desarrollado un lenguaje particular para comunicar la naturaleza de su propio conocimiento sin desdeñar la posibilidad de los préstamos y las concomitancias entre ellas. Para entender la literatura hay que ubicarla con relación en las grandes disciplinas de las ciencias del hombre; de manera que para fortalecer el conocimiento humanístico es necesaria una visión interdisciplinaria en donde las ciencias sociales y humanas interactúen y dialoguen entre sí en una dinámica de reciprocidad de aspectos teóricos, conceptuales y metodológicos que enriquezcan y desarrollen mecanismos cognitivos útiles para un aprendizaje integrador y la adquisición de herramientas provechosas que ayuden a abordar problemas y a proponer soluciones desde múltiples perspectivas. Es por ello que el trabajo de análisis y crítica literaria demanda especialistas eruditos, conocedores de la lengua, pero abiertos también a las aportaciones de las demás ciencias humanas y disciplinas artísticas que abonen su trabajo. Así por ejemplo la estilística recurre a las ciencias del lenguaje, la psicocrítica a las del pensamiento, la sociocrítica a las sociales; las ciencias de los signos, la semiología y la semiótica, tienen su origen en una rama de la medicina que estudia los signos clínicos tendientes al análisis y clasificación de una tipología de síntomas que ayudan a diagnosticar enfermedades...  para explicar los fenómenos literarios o para interrogar a los textos mismos sobre ciertos temas, se recurre a la teoría literaria, anteriormente se hacía a la poética que, durante el periodo romántico cedió paso a los manifiestos. Sin embargo, dentro de estas zonas de convergencias e intersecciones entre las distintas áreas del conocimiento, no hay que perder de vista la naturaleza propia de la literatura porque, como bien explicó Roland Barthes, en una entrevista otorgada a Pierre Kister sobre ¿qué es literatura?, aunque ésta utilice materiales que provienen de la sociedad y de la historia, dice el semiólogo francés:

Sin embargo, existe siempre esa mediatización de la forma, la cual determina que la obra literaria no sea jamás un reflejo puro y simple de la sociedad. Y a la vez hay fenómenos de resonancia, de modificación del devenir histórico. Resulta muy difícil analizar una obra literaria en términos de puro reflejo. Esto nunca da buenos resultados, aunque la historia está siempre presente. Es el estudio de esa especie de ambigüedad, de presencia-ausencia de la sociedad en la literatura, lo que privilegia el campo de la actividad literaria (Kister, 1973; 18 y 19).

Para plantear diversas posibilidades de abordar el hecho literario podrían ubicarse los distintos métodos de análisis desde el enfoque que se quiera emprender dentro de un amplio espectro: desde el emisor del texto, si el análisis se centra por ejemplo, en la figura del yo creador como entidad autónoma atendiendo la particularidad de su práctica literaria y su propuesta estética. Desde la recepción del texto, si se estudia la obra como producto pensado para el consumo de un grupo de receptores. Desde el mensaje, si el análisis se ocupa de la obra en sí misma a través de un modelo que atiende rigurosamente las características formales del texto: los códigos utilizados en la elaboración del significado y sus estructuras. Desde el contexto, si la importancia del análisis se enfoca en las circunstancias sociales e históricas en las que se ha gestado la obra y se ha formado su autor; si atiende las tendencias, corrientes y movimientos culturales que la caracterizan en un determinado momento histórico o aquellos signos o marcas que la ubican dentro de una tradición; e incluso, si el estudio observa las relaciones que los textos sostienen con otras áreas del conocimiento o disciplinas artísticas… El menú metodológico es amplio y variado, y aunque se ponga especial énfasis en algún aspecto particular, un análisis completo no ignorará los demás.

_____ Escuelas y corrientes han mostrado infinidad de caminos para ir al encuentro de la literatura, con detallados y seductores itinerarios, con resquicios insospechados y atajos sorprendentes; mapas útiles para llegar al destino deseado y no perderse en el camino; preguntas sugerentes para interrogar al texto y disfrutar de su compañía durante la travesía que dura su estudio. Sin embargo, pese a la autoridad en que se ha erigido la mayoría de los métodos, yo sigo creyendo en el espíritu de libertad que debe respirar todo investigador para elegir su propio encuadre metodológico, tomar el que más convenga al texto (quizá sólo alguna propuesta de un amplio menú o bien, la suma de varias en un eclecticismo enriquecedor), y salir a su encuentro, escuchar su susurro como un embriagador canto de sirenas y abandonarse a él con alegría y pasión. Está claro que esa libertad no debe confundirse con un escandaloso libertinaje, pues el estudio de las letras, como de cualquier otra investigación que pretenda seriedad y confiabilidad, debe estar sujeto a una disciplina, a un orden en el planteamiento de las ideas y a cierto rigor científico que le otorgue objetividad y credibilidad. No caer en la tentación de buscarle tres pies al gato y exigirle a la literatura lo que ella no puede dar: que la ficción responda a pie juntillas a los fenómenos de la realidad empírica y que datos y datas calcen cabalmente con los sucesos históricos; que la poesía sea falsa en su sinceridad; y que todo ensayo sea laudatorio o censurable bajo la presunción de que sus razonamientos le den por su lado a nuestros prejuicios.

_____ Si acaso la suerte le sonríe al investigador durante esas andanzas por el estudio y el análisis, y una respuesta se asoma tímidamente para salir a su encuentro, ésta será válida sólo él porque, si algo queda claro luego de vivir el proceso, es que cada investigador sigue el propio impulso de su intuición, de su conocimiento y aprendizaje para documentar su experiencia y sacar sus propias conclusiones.

_____ Cuando se logra un cierto dominio del método, cuando la erudición y la experiencia proveen del temple necesario para romper con la tradición, quizá ocurra lo que Jorge Luis Borges plantea en su “Pierre Menard, autor de El Quijote” (Ficciones, 1944):

Menard (acaso sin quererlo) ha enriquecido mediante una técnica nueva el arte detenido y rudimentario de la lectura: la técnica del anacronismo deliberado y de las atribuciones erróneas. Esa técnica de aplicación infinita nos insta a recorrer La Odisea como si fuera posterior a La Eneida y el libro de Le jardin du Centaure de Madame Henri Bachelier como si fuera de Madame Henri Bachelier. Esa técnica puebla de aventura los libros más calmosos. Atribuir a Louis Ferdinand Céline o a James Joyce la Imitación de Cristo ¿no es una suficiente renovación de esos tenues avisos espirituales? (1985: 110 y 111).

entonces, de la copia de modelos y de la confrontación de los mismos se pase a la adopción y propuesta del propio método de análisis; y se ordene dentro del caos; y se elaboren propuestas que favorezcan el desarrollo del pensamiento que dejen atrás de una vez por todas, la inercia y el desgano.

_____ Vuelvo a formularme entonces la pregunta que me hice al principio: en estos tiempos en donde la intolerancia y la indiferencia parecen establecer su ley ¿vale la pena leer literatura? y en donde la apatía y un particular estado de confort tienden a castrar las prácticas de reflexión y de análisis ¿vale la pena estudiar literatura? Creo que la respuesta es obvia. Creo firmemente que la literatura, en su naturaleza de obra de arte, se alza como una opción de coexistir, de dialogar, de solidarizarse y de hermanarse con los demás y encontrar así un sentido al paso del hombre por el mundo, como hizo Sherezada quien salvó la vida conjurando con el solo recurso de la pócima de la fabulación, la venganza del engañado sultán Schariar. Como lo hizo Alonso Quijano, cuya lectura de libros de caballerías le otorgaron la hidalga investidura de caballero andante y bajo el nombre de Don Quijote de La Mancha, salió al mundo a desfacer entuertos... Como lo hacen las tres grandes disciplinas de los estudios literarios: la historia de la literatura, la teoría y la crítica literarias, para dar cuenta de la esencia misma de lo literario, de ese espacio lúdico en donde se recrea el espíritu, en donde el poder de la imaginación despliega en toda su plenitud la magia fabuladora y el hechizo poético, y como muestra sólo dos botones: las reflexiones atentas y lúcidas de un Italo Calvino en sus Seis propuestas para el próximo milenio (escritas originalmente en inglés: Six Memos for the Next Millennium para una serie de conferencias que el escritor italiano hubiera dictado en Harvard en 1985 si la muerte no lo hubiese sorprendido) cuyo análisis de algunos valores literarios sitúa en la perspectiva del nuevo milenio; o de un Octavio Paz en El arco y la lira (1956), en donde el poeta y ensayista mexicano desentraña el corazón mismo de la poesía, del poema y de lo poético.

_____ Iniciar una investigación literaria obedece a un loco impulso de amor, a un hechizo mágico que seduce a seguir la estela de su aroma. Su estudio, en perpetuo cambio jamás concluye, ni siquiera ése que se realiza dentro de las aulas ya que a la obtención del grado, se suceden los posgrados y los postdoctorados y las especializaciones y los siempre cursos de actualización. Quizá, como sugiere Virginia Woolf en ¿Cómo debería leerse un libro? (The Common Reader, 1932), el acto de leer, garantice a los lectores la Gloria eterna...

[…] he soñado a veces que cuando llegue el día del Juicio Final y los grandes conquistadores, juriconsultos y estadistas acudan a recibir sus recompensas –sus coronas, sus laureles, sus nombres grabados de forma indeleble en mármol imperecedero-, el Todopoderoso se volverá a Pedro y le dirá, no sin cierta envidia al vernos llegar con nuestros libros bajo el brazo: “Mira, éstos no necesitan recompensa. No tenemos nada que darles aquí. Han amado la lectura” (2012: 55 y 56)

Y tal vez los estudiosos de las letras, los profesionales de la lectura, sean los intercesores para tener acceso a ese Paraíso.

Bibliografía:
Borges, Jorge Luis (1985). “Pierre Menard, autor de El Quijote”, en Jorge Luis Borges. Prosa. Introducción de Emir Rodríguez Monegal. _____ Barcelona: Círculo de Lectores.
Juárez, Geraldine (2011). “Alberto Chimal libera su colección de microficciones '83 novelas'” en Hipertextual.com, ALT1040. 24 de marzo _____ de 2011 (Fecha de consulta: febrero de 2015).
Kister, Pierre (1973). “Entrevista con Roland Barthes”, en ¿Qué es la literatura?, Barcelona/México: Salvat Editores, S.A.
Marshall MacLuhan, Herbert (1996). Comprender los medios de comunicación. Las extensiones del ser humano. Traducción de Patrick _____ Ducher. Barcelona: Paidós (Comunicación 77).
Vargas Llosa, Mario (2003). “La literatura y la vida”, epílogo a La verdad de las mentiras, México, D.F.: Santillana Ediciones Generales.
Woolf, Virginia (2012). ¿Cómo debería leerse un libro? Traducción y notas de Ángela Pérez. Barcelona: Limpergraf, S.L. (Colección _____ Centellas, no. 50).

   
 
®
Av. de los Maestros Pta. N° 3, esquina, Mariano Bárcena.
Col. La Normal, Guadalajara, Jal., México.
3819-3388 y 3819-3377
revista.sincronia@yahoo.com
Universidad de Guadalajara. Derechos reservados ©1997 - 2012. ® El escudo de la Universidad de Guadalajara es una marca registrada.
Revista Sincronía. Todos los derechos reservados © 2015
Sitio elaborado por: Nicolás Medina García, Secretario Técnico Editorial y Webmaster
Departamentos de Filosof ía y Letras